Según un estudio de la Universidad de Ontario, la productividad en el contexto de trabajo remoto depende en gran medida de nuestras creencias y actitudes, porque al ser estas positivas, somos más proclives a practicar y aprender nuevas habilidades.
¿Pero qué influye en nuestra disposición frente al teletrabajo? Los principales factores asociados a una buena o mala disposición son:
- Disponibilidad de recursos para trabajar
- Un ambiente de trabajo sin distracciones
- Nuestras interacciones sociales con colegas, supervisor y miembros de nuestra familia.
Según los resultados del estudio, esta última – la interacción con “otros relevantes” – muestra los datos de correlación más importantes para explicar la productividad del teletrabajo. En manos de la empresa está gestionar la interacción entre colegas y las directrices de supervisión. Individuos con las mejores creencias y actitudes al teletrabajo reportaron fuerte interacción de parte de los jefes, comentando ejemplos como “en la oficina o en desde la casa, mi jefe siempre me ha incentivado a terminar lo que estoy haciendo” o “¡Funciona perfecto, porque mi jefa es una creyente en el teletrabajo y nos entusiasma a trabajar desde la casa!”
En consecuencia, organizaciones que quieren promover un teletrabajo efectivo y productivo deben desarrollar un programa de actividades que mejore la disposición de sus colaboradores hacia esta nueva modalidad laboral. Y un plan de alto impacto involucra trabajar las capacidades de liderazgo y comunicación de los jefes, junto con campañas comunicacionales que demuestren los beneficios y efectividad de este nuevo modo de trabajar y capaciten al personal para que éste pueda beneficiarse también de esta modalidad en su relaciones familiares.